Hoy se cumplen 7 años desde mi secuestro, desde que Kovalli
me intentó asesinar a machetazos en mi isla paraíso de arena negra, reggae,
soca y cricket, casa de Garfield Valentine que en paz descanse y casa de mi muy
querido amigo 14. A modo informativo a Kovalli se le imputaron 3 cargos: 1. Secuestro, 2. Violación y 3. robo de teléfono celular; esto daba a igual a 63 años de cárcel. Aclaro que no fui violada por Kovalli.
Para drama mental del lector o lectora; efectivamente mientras me interrogaban para formalizar mi declaración y acusación, a Kovalli lo reventaba a golpes la policía en la habitación continua a la mía. Llevaba la misma ropa del día anterior, camisa roja sin mangas, shorts de jeans cortados por debajo de la rodilla, botas de hule negras y como faja (cinturón) un cable negro.
He de confesar que no sentí ningun alivio al tener como banda sonora su golpiza; pensé en el terror de estado y que lo pertinente era seguir el procedimiento legal que estoy segura no llevaba descalabrar a golpes ni contra las paredes a Kovalli. En su defecto eso era violentarme más a mí.
Cada año me celebro este día; un pastel, algo
diferente que hacer, alguna reflexión para reafirmar lo tuanis y ligero de la
vida (si es que decidimos que sea ligera) y una canción en honor a…
Este año hay canción y la reflexión ha empezado en
febrero tras descubrir la pieza del año; un pacto de Bersuit. A partir de ello,
me he dado cuenta que en todo este tiempo no he pensado en mí secuestrador,
en mi asesino en potencia, en Kovalli. Estas letras pues van dirigidas a vos Kovalli.
Recuerdo que a los pocos meses de partir de la isla
supe que te habían sacado “libre” (me queda la duda de qué tan libre sos,
asesino, violador de menores y enfermo de...) se terminó de partir lo que
quedaba de mi espíritu y escupí mil veces en el sistema judicial irresponsable
que deja “libre” a un violador de menores porque al final de cuentas uno vale
verga; pero ¿¿¿menores??? En fin... hoy por hoy no vengo a profundizar en esto.
Al pensar
en aquel 22 de Julio del 2007 y en este 22 del 2014, el alma me ha quedado como
gelatina... es como un regocijo y gozo extraño... un grito rarísimo! unas ganas
de reír y de llorar y correr y salir a la playa y al agua, a las olas... y solo ser feliz y
vivir en el desgarre continuo de ir girando con la rueda... bailando con los
pies descalzos y correr y correr y correr y correr! Y seguir corriendo… y
seguir corriendo para volver a la vida,
para ser más vida, para estar más en la vida. Para seguir siendo gozosa y plena.
Para seguir en gerundio viviendo, FeliZando…
No quiero reprocharte nada Kovalli… ni el PTSD, ni los
interminables meses sin sueños a color, ni los olores o sabores que
interrumpían cualquier momento de mi sonámbula vida después de vos y nuestro
encuentro; los meses en los que quedé incapacitada y nula para sentir algo aunque fuese dolor pero sentir al fin; tampoco tengo nada que agradecerte… estos 7 años han sido mi propio
mérito.
Lo que sí quiero decirte hoy es que yo gané,
motherfucker! ¡TE GANÉ, TE GANÉ, TE GANÉ! Aun cuando hoy no
recordés quien soy, o si no paso de ser la blanca que por caballo no mataste e
hizo que volvieras preso a solo 1 semana de haber salido. ¡Yo gané, Kovalli!
Efectivamente, tu
intento de plantar para vender ese año te lo truncaste vos al ir a romper nuestro equilibrio de perfectos desconocidos…
Y para que, eso te lo debo aclarar 7
años después aun cuando al hacerlo se me cuele la imagen de mi espalda arqueada
hacia la arena; viendo la arena que no decía nada, no brillaba mientras todo
estaba pasando;
mientras me llevabas en un flash tour por la muerte, mientras
buscaba en medio de todo esa tronadera como no moverme ni para respirar para no
clavarme más el filo de tú machete que me abusó cuello, costados y piernas; aun
cuando nunca llegues a leer estas líneas; yo gané! Si si si, estoy clara que no
era una competencia; no es desde esa perspectiva que uso el verbo ganar, pero desde dónde se quiera interpretar (ya que no tengo que explicar el significado que le doy): ¡YO GANÉ!
Lo que no sabías Kovalli,
es que a los dos o tres años aprendí de
sangre y se me impregnó en el alma, el grito de nuestra guerra de liberación:
¡¡¡¡¡QUE SE RINDA TU MADRE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Y así fue,
se rindieron vos y tu pobre madre!
Mi padre también se fue y por lo visto,
otrxs más fueron exiliadxs de mi vida... por lo tanto, aprendí con
los desencuentros y encuentros de mis padres que aun con la ansiedad y el miedo
ante lo nuevo o desconocido; soy soberana de mis propios pasos (por opción preferiblemente descalzos) y que debo
valerme por mí misma; que lo que tengo es lo que he hecho por mí misma y no por
herencias o regalos. Por ende, el abandono me regaló mi propia vida y eso no
fue un riesgo contemplado en tu ecuación de suma de muerte!
Quien negocia su propia vida queda automaticamente liberadx y con la responsabilidad de concretar la libertad al seguir transitando esta senda llamada vida.
Quisiera que no solo vos Kovalli, sino mucha gente pudiese
comprender lo que significa tener un ruido encerrado en el silencio;
manifestado entre el temblor de todo el cuerpo, los ensordecedores latidos del
corazón a mil bits por hora haciendo perder la noción del tiempo, escuchar todo
eso y al mismo tiempo nada;
es tan contradictorio que no logro explicarlo... es tan absurdo que se vuelve increíble,
calma, serenidad, silencio absoluto tal
cual luz cero mientras al mismo tiempo hay que moverse, pensar, no perder
control en una situación descontrolada y sobre todo no hacer que ese poder en aquel momento tuyo, se
encontrara desafiado y excitado por mi ñeque.
Y a eso se le revuelve el sonido
de mi respiración y esa total quietud como cuando te das en los oídos y no se
escucha nada… que se yo!
La parte en mute del fondo de la piscina… también algo hay de eso.
Hay una
angustia que grita en silencio y te das cuenta de cómo te habita el miedo y
como nuestro actuar ante el miedo es lo
que nos define, nos hace diferentes, victoriosos o no…
Pero también te das cuenta que al
girar en 180 la cámara, todo adquiere calma. Vuelve a saltar la incongruencia...
Y ante tanto ruido también hay
mucha serenidad…
Es como el encuentro de las aguas oscuras del río Negro con
las aguas con barro y paradas del río Solimões, en Manaos, Brasil. La línea justa del encuentro...
El momento
bipolar de la zona desconocida o en los límites de la realidad.
Viendo aquella arena, no había congruencia ni armonía
entre el temblor de mis manos, el relincho de mis latidos y la voz que modulaba
tono para no desafiar demasiado tu rugosa muñeca aferrada a tu arrumbrado
machete (probablemente robado).
Cuando empezamos a hablar era absurdo ver como
no nos entendíamos; yo hablaba de la catarata, de Garfield, de que no fue mi
culpa su muerte, de que yo no lo maté, que yo quería ayudar y vos parecías no
entender nada y yo no entendía como es que no entendías nada. Comprendí pr ende que no
habías leído los últimos acontecimientos y yo no sabía que recién habías salido
de la cárcel. ¡Eramos ciertamente dos perfectos extraños!
Si, efectivamente te “traicioné” Kovalli al vender el silencio prometido; pero, ¡vos me
traicionaste primero al exiliarme de mi isla, de mi luto y de mi cuerpo!
¡Así
que por ahí creo que estamos a mano!
Pienso también en experiencias de los
últimos tiempos y al ver cómo le cuesta tanto a la gente hablar, quisiera
decirles que aunque no me lo crean; es más difícil quedarse calladx.
Extrapolando con este día; de haberme quedado callada… mi familia hoy estaría
viviendo mi 7mo aniversario de muerte. El silencio también mata, sobre todo
cuando te deja en ese estado de limbo donde no sabes que está pasando. Y a estas alturas de mi recorrido, PASO de intentar adivinar, suponer o asumir.
Al tiempo su memoria y al presente lo que
queda de la historia.
También pienso en las perspectivas; no tenías
reparo en “tuquearme” a machetazos pero mi sangre te puso un límite a pesar de
tenerme a disposición con el cuerpo desnudo…
Asesinos con gustos y ascos
salvadores, quien lo diría... ¡Aleluya hermanxs, la doble moral nos sigue parasitando y boicoteando!
Sabes? No pensé en quienes no volvería a ver, ni si me
dolería ser destazada a machetazos,
tampoco pensé en lo que me faltaba por hacer o vivir; no encontré
razón en ello que aportara en pro de mi liberación.
Ocupaba una grieta, un vacío, el ínfimo margen, el error a mi favor; y eso no podía venir de mí, tenía que venir de vos Kovalli puesto que ya me
estabas agrietando el cuerpo.
Por ende, la matemática simple no indicaba
otra cosa más que debía encontrar tu debilidad para usarla como mi fortaleza o como mi motivación en la lucha por
sobrevivir este encuentro;
no importaba si el contexto decía que ese
razonamiento no tenía sentido; la grieta tenía que venir del otro lado porque
de ser el mío se corría el riesgo de que entrara más la angustia y ésta venía
acompañada tal como hacen los boxeadores en su pasarela al ring: de carteles y
bailes anunciando mi descuartizada muerte…
Encontré la grieta, la raja, la debilidad, el
fallo del plan; encontré tus ojos Kovalli; y en un instante se abrió una veta y
logré ver hasta adentro y supe que era solo cuestión de cuidado y tacto para
poder liberarme. Por demás el color de tus ojos es de un miel absurdamente hermoso y aclaro que no tengo ni tuve una onza de sindrome de Estocolmo.
Hoy por hoy si creo que definitivamente los ojos son la ventana
del alma; lo que pasa es que no sabemos ver; ciegos y
pizpiretos andamos viendo o creyendo ver o viendo solo lo que queremos aunque
no lo digamos. Pero ver sin velo... es otra historia.
Creo que a mis 34 años/7 años no he escuchado tanta
música como lo hice en los meses siguientes después de vos Kovalli y mi Isla
Paraíso; sigo creyendo que eso fue lo que me salvó de mi mente y fue poco a
poco logrando rejuntar mis esparcidos y retorcidos pedazos… algunos no volvieron, otros
se perdieron; así que recogí lo que se pudo y lo que no dio lugar a
nuevos pedazos y a la fecha sigo este proceso; dejar ir, dejar venir, moldear,
afinar… etcétera todo los menesteres de quien decide llevar una vida plena y
consciente. Ir y venir, ir y venir, ir y venir como el vaivén de las olas.
Hoy por hoy no me considero ni víctima, ni heroína, ni
nada que se le parezca.
Soy sobreviviente y punto; sin más! Y punto!
Ganadora! Y a partir del día
0 de nuestro encuentro hasta mis 7 años, han sucedido una serie de venturas y desventuras que
hoy, 22 de julio 2014, me han servido para ser feliz, plena y hasta más callejera - paseadora!
Y hoy definitivamente concuerdo con eso que dicen de que a los 7 años
lxs niñxs forman su carácter. A mis 7 años hoy tengo los cimientos y pilares
fundamentales para ese ser que va componiendo en gerundio a ese ser conocido como Arlen Cordero Ocón. Si, sin segundo nombre! La maje del nombre prometido a una guerrillera que si fue una heroína y mártir!
Me maravillo de lo bien que vivo de mi boca para
adentro; en ese mundo del viaje interior; down the rabbit hole. Porque
definitivamente si el discurso y los cambios no vienen de dentro y van para
adentro todo queda en oratoria de predicadores; y para predicadores y charlatanerías ya tengo bastante.
Yo me
plantié el viaje interior integrado activamente a mi vida y desde ahí todo lo que se ha dejado y todo lo que se
ha construido del 2007 hasta hoy.
Encanta ver como hay menos dolor, enojo, decepción, frustración, rabia, estrés, ansiedad, molestia y el resto de parecidos que aquejan al ser. No iré de romántica ni inspiradora a decir por cuales he cambiado cada uno de esos espejos de la mente, cada quien incluso vos Kovalli con tus propios "antónimos" podes interpretar los que mejor te vayan o cundan.
Solo puedo decir que fluyo, voy acorde con el pulsar y estoy activamente despertandome... y que no estoy acá para inspirar a nadie ni dar testimonio. Esta lectura te perturbará el tiempo que le des dentro de tus poros; es responsabilidad tuya lo que hagas con ella. Te la regalo, se las regalo.
Este fin de semana me urgía irme a la playa a celebrar
mis 7 añitos a través de reflexiones areneras, con la brisa de mi amado mar, del agua y
la comodidad de sentir y concluir con menos ropa puesta y por supuesto, estar en silencio...
Agradezco infinitamente la vibra que me acompañó, la sonrisa de una bebé sabia- reina de las aguas de Gigante, la casa del árbol y todxs sus habitantes!
He vuelto a hacer un pacto pero esta
vez, es un pacto para vivir personal, de Arlen con Arlen pactando. Con esta fecha, te saco Kovalli
y nuestro encuentro pasa a ser como otra historia más de vida que se puede
contar como otra más en el menú de historias triviales que se comparten en cualquier reunión, celebración o encuentro; bueno por lo menos de mi parte; a como sabrás Kovalli la
gente no se atreve por alguna extraña razón a preguntar cuando se narra este tipo de historias; no parece brotar la curiosidad por
detalles, sensaciones, colores, estrategia, proceso, etc. Yo si pregunto que te diré… mi experiencia
me ha dicho que prefiero preguntas a las miradas y
silencios que he recibido cada vez que ha surgido nuestra historia... Por demás, el único resabio con tinte amargo de nuestra historia Kovalli. Ese miedo de la gente de hacer la pregunta incorrecta, a no hablar con tacto... convirtiendome en la víctima que no he sido, en la heroína que no pretendo ser y no sé que otras cosas más que se les debe ocurrir situandome en predicado, en sujeto pasivo de mi propio cuento. Que se yo! Hoy les pido que me colaboren dejando atrás eso mientras la historia les recorra su cuerpo.
...
Entonces, me hice un pacto nuevamente donde vos Kovalli
serás una historia cualquiera, donde además ya no cabe mencionar por menores ni nombres de
otras historias de estos 7 años y desde donde sigo activamente construyendo ese
puente de vida liviana y en gozo.
Les dejo un beso en la frente como sello de despedida!
Te paso a continuación las letras de la canción de celebración para este año, con la salvedad de que el verso que dice “sos mi dios” no
va para vos Kovalli ni para nadie. Hay partes de la canción en las que pienso en vos,
partes que pienso en mí y finalmente partes en las que pienso en mi isla
paraíso de arena negra, reggae, soca y cricket, casa de Garfield Valentine que
en paz descanse y casa de mi muy querido amigo 14: Saint Vincent & The Grenadines (SVG).
Un Pacto –
Bersuit
Un pacto para
vivir,
odiándonos sol a
sol
revolviendo más
en los restos de
un amor,
con un camino
recto,
a la
desesperación
¿desenlace?
en un cuento de
terror.
Seis años así
escapando me otro
lugar
con mi fantasía
buscando otro
cuerpo, otra voz,
fui consumiendo
infiernos
para salir de
vos,
intoxicado loco
sin humor.
Si hoy te tuviera
aquí
cuando hago esta
canción
me sentirías raro
no tengo sueño,
mi panza vibra
tuve un golpe
energético
milagro y
resurrección,
y eso que estaba
tieso,
bajo control
El poder siempre
manda
si para tenerte
aquí
había que
maltratarte !
no puedo hacerlo,
sos mi dios
te veo, me
sonrojo y tiemblo
qué idiota te
hace el amor,
y hoy quiero
darle rienda
a esta
superstición
un pacto para
vivir! un pacto para vivir
un pacto para
vivir! un pacto para vivir
un pacto para
vivir! un pacto para vivir
un
pacto........para vivir!
ACO/22.7.2014
